La tensión entre Sociedad y
Comunidad en la tradición sociológica
Desde el comienzo de la Sociología a mediados del siglo XIX, la tensión entre sociedad y comunidad fue un tema central de la disciplina, presente también en
los que son conocidos como “clásicos” (Marx, Weber, Durkheim). Se tomaba
conciencia de que un mundo marcado por lo cercano, lo conocido, lo previsible,
lo inmutable, desaparecía (es decir el viejo orden “feudal”); y comenzaba a
vislumbrarse otro marcado por la creciente secularización, impersonalización,
velocidad, cambio acelerado, incertidumbre. Al primero se lo nombró comunidad y
se lo asoció al “antiguo régimen” de la Edad
Media , al segundo se lo llamó de diferentes formas, “sociedad
industrial”, “sociedad capitalista”, “sociedad moderna”.
La esencia del nuevo orden a partir de la primera revolución industrial y la Revolución Francesa, se la
asoció a múltiples factores ,como muestran los diferentes nombres, pero
podríamos aventurar que el factor económico es la variable que la mayoría tuvieron en cuenta, por el gran impacto que este generó en todos los aspectos de la
vida, reinsertando lo “local”, lo comunitario, en un nuevas relaciones que lo
conectaronn con espacios geográficos muy alejados de él.
Autores como Marx le atribuían un signo peyorativo a ese orden
comunal, viendo con buenos ojos el avance de las fuerzas productivas y las
potencialidades creadas por el nuevo sistema.
Aquellas formas comunales constituían más un obstáculo que una ayuda para el
avance de este último, pues eran formas “estancadas y enmohecidas” (Marx, 1960:
15) que privaban al hombre del desarrollo de sus verdaderas potencialidades. Su
preocupación era la forma de apropiación privada de la riqueza producida por el
nuevo sistema, que es una nueva forma de enajenación que separa al hombre de su
producto. La idea de un “comunismo” ligado a la apropiación del excedente por
la mayoría trabajadora tiene la impronta de totalidad que lleva la noción de
comunidad, la instauración de un régimen en que la propiedad sea colectiva,
pero no ya en la forma de las tierras comunales de la
Edad Media , sino en la apropiación de los
medios de producción por quienes producen.
Por su lado, Durkheim, le atribuía un
efecto positivo a lo que el llamó orden industrial, por producir una forma de
“organismo social” más compleja que la alcanzada por ninguna otra sociedad,
gracias a la creciente división del trabajo y el grado de especialización
alcanzado que llevan a una solidaridad de nuevo tipo anclada en la
interdependencia, que él llamó “solidaridad orgánica” (Durkheim, 1985: 84). Sin
embargo el efecto negativo de la especialización de funciones es el aumento del
individualismo, y la consecuencia es la falta de conexión con una totalidad que
le de coherencia a un orden social fragmentado en funciones. De allí Durkheim
mira con nostalgia la organicidad y cohesión moral de la
Edad Media lograda por la religión. Sin
embargo un retorno allí es imposible, por lo que “algo” tendrá que surgir que
tome el papel que en el antiguo régimen ocupó la religión y contrarreste el
peligro de “anomia” generado por el individualismo moderno. Una conciencia
colectiva de nuevo tipo tendrá que cubrir a las conciencias individuales, esta
sería en Durkheim la forma de superación de la tensión entre comunidad y
sociedad a favor de la primera, aunque no especifique bien cual será la forma
de esa nueva conciencia colectiva..
Max Weber termina con las esperanzas de
superación de esta tensión, su mensaje se sintetiza en la idea de “jaula de
hierro” creada por la burocracia moderna. Las sociedades modernas tienden a ser
sociedades de masas, en donde la organización burocrática es la respuesta
necesaria en los nuevos estados nacionales para organizar los complejos
procesos productivos y políticos de la sociedad. Sin embargo el precio a pagar
es alto, la pérdida de la espontaneidad y autonomía individual (Weber, 2003:
87). El camino de la especialización que también veía Durkheim es inevitable
para Weber por las condiciones modernas, en donde la creciente complejización
de cada “esfera” de conocimiento, hace que solo especializándose en una de
ellas sea posible abarcar un área razonablemente manejable de conocimiento
acumulado. En Weber no hay salida a este proceso y pareciera que la
burocratización acabará devorándose todo rincón de la sociedad.
Pasado poco más de un siglo de la
formulación de estas teorías, las tendencias por ellas descritas parecen
haberse acentuado y la tensión entre comunidad y sociedad seguir, la pregunta
entonces sería: ¿En que forma aparece esta tensión en los contextos
micro-sociales que hoy desde las políticas públicas llamamos “comunitarios” y
que son el foco de nuestras intervenciones?
Nos hacemos estas preguntas porque a
comienzos de siglo XXI ya no tiene sentido contraponer los términos
comunidad/sociedad para hacer analogía de otras oposiciones como
tradicional/moderno, atraso/progreso, debido a que el término comunidad ha
dejado de referirse a contextos feudales. Es indiscutible que todo el mundo
actual es moderno, hasta el rincón más aislado del conurbano bonaerense se haya
conectado por todo tipo de relaciones a espacios geográficos muy distantes de
él.
(Fragmento de ponencia publicada en el "I Congreso de Sociólogos de la Provincia de Buenos Aires", La Plata, Argentina, 2009.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario